Cura detox natural con infusiones

Nuestro cuerpo tiene un ingenioso sistema para eliminar los productos de desecho. El hígado y los riñones filtran la sangre, las 24 horas del día y los siete días de la semana, para expulsar los desechos a través de la orina o de las heces. Sin embargo, hay momentos en los que este sistema se sobrecarga y se rompe el ritmo. Como consecuencia, nuestro equilibrio natural se ve perturbado, nos sentimos cansados, nuestra tez palidece, nos volvemos apáticos y sufrimos de constantes resfriados. Cuando esto sucede, es la hora de echar una mano a nuestro hígado,
iniciando una cura depurativa.

El hígado: el centro del sistema de depuración del organismo

El hígado es el órgano que desintoxica nuestra sangre a diario y minimiza la carga tóxica en el organismo. Con un peso de un kilogramo y medio, es después de la piel, el órgano más grande del cuerpo y también el más versátil.

Un buen funcionamiento del hígado es de gran importancia para el funcionamiento óptimo del cuerpo en su conjunto.

¿Cuándo es el momento para una cura de desintoxicación?

Hay varios síntomas que pueden indicar que nuestro cuerpo necesita una cura depurativa completa. A menudo coincide con el cambio de estación, justo antes de la primavera o del otoño, cuando la naturaleza sufre una metamorfosis. Por lo general, nos sentimos cansados y con menos energía de lo normal, porque nuestro cuerpo está trabajando intensamente para procesar y eliminar la acumulación de productos de desecho.

Además, somos más propensos a las infecciones, erupciones cutáneas y otras afecciones similares. Algunas plantas se han utilizado durante siglos por sus efectos positivos sobre el hígado, los riñones y el sistema digestivo. Estas plantas, si se combinan con un ajuste de nuestros hábitos alimenticios, estimulan y apoyan nuestros procesos naturales de desintoxicación, ayudando a mantener el cuerpo y la mente en equilibrio.

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¿Qué plantas están indicadas para una cura de desintoxicación?

Ortigas

La ortiga ejerce una acción desintoxicante en todo el organismo tanto interna como externamente. No sólo tiene propiedades depurativas, sino también un efecto alcalinizante (que promueve un equilibrio ácido-base adecuado), además dediuréticas y limpiadoras de la sangre. Esto significa que las ortigas son ideales para ayudar a eliminar las toxinas del cuerpo, ayudando así al tratamiento de diversos problemas de hígado, vesícula biliar y bazo.

Hojas de abedul y vara de oro

Las hojas de abedul y de la vara de oro tienen propiedades diuréticas (= eliminación de líquidos), que aumentan la eliminación de productos de desecho y el exceso de líquidos a través de la orina.

Raíces de diente de león

La inulina y el ácido clorogénico, ambos presentes en las raíces del diente de león, ejercen una acción hepatoprotectora. Además, el ácido clorogénico ayuda a preservar el buen estado del hígado luchando frente a la acumulación de grasas. Las raíces del diente de león también mejoran la función hepática y digestiva general, gracias a su capacidad para estimular la producción de bilis.

Antioxidantes protectores

Es importante tener un buen suministro de antioxidantes para mantener la salud de nuestras células. Aunque los radicales libres son un producto normal de los procesos metabólicos diarios, su presencia en grandes cantidades, en combinación con la falta de antioxidantes para neutralizarlos pueden tener consecuencias desastrosas.

Antioxidantes en el hígado

Los antioxidantes, que están presentes en muchas plantas, protegen las células hepáticas del ataque de los radicales libres que se encuentran en grandes cantidades en el hígado. La mayoría de los antioxidantes logran este efecto protector neutralizando los radicales libres a través de una reacción de óxido-reducción. Ciertos componentes, por ejemplo, en el té verde (en este caso polifenoles) son poderosos antioxidantes. Además, los polifenoles pueden estimular la producción endógena de antioxidantes en el organismo.

Perder peso con el té verde

Otra propiedad altamente beneficiosa del té verde es su capacidad para mejorar la combustión de las grasas, por lo que a menudo se recomienda en curas para adelgazar o como una ayuda para mantener el control del peso. Las catequinas presentes en el té verde reducen la absorción de grasa en el intestino. Al mismo tiempo, el té verde estimula la producción de calor (termogénesis) en el cuerpo, lo que resulta en una mayor liberación de energía y una mayor estimulación de la combustión de grasa. Por último, pero no menos importante, el té verde también contiene teína (o cafeína del té) que ejerce un efecto estimulante en el sistema nervioso, que, en combinación con las catequinas, conduce a un efecto termogénico aún mayor.